Historias de Bullying

Esta chica sufrió acoso escolar y lo cuenta así:
  Leyendo las noticias que aparecen en la prensa estos días sobre el acoso escolar he llegado a una conclusión: Yo fui víctima del acoso escolar. Había una lista con las situaciones que se consideraban acoso y os aseguro que las cumplía todas.
Para empezar os diré que soy miope y era buena estudiante con lo que lo primero era una “cuatro ojos” y con lo segundo una “empollona” (entre otros nombres derivados de mi apellido que prefiero no citar aquí para mantener mi identidad secreta).
En la escuela había un grupo de “gamberros” con un líder gallito y otro que era de verdad el que mandaba pero que no daba tanto la nota, vamos, un líder en la sombra. Le hacían la vida imposible a todo bicho viviente, pero en especial a mi y a otra chica a la que le ponían hasta chinchetas en la silla y la tiraban al suelo (conmigo nunca llegaron a tanto, se conformaban con insultarme, esconderme las cosas o tirarlas por la ventana).
La dirección del colegio no hacía nada, a pesar de que los maestros también sufrían lo suyo con ellos. Decían que mejor estaban allí que en la calle convirtiéndose en unos delincuentes.
De ellos diré que ninguno llegó a eso. La mayoría están casados, tienen hijos y una vida normal. A destacar dos casos: el gallito se hizo militar y el líder en la sombra murió trágicamente atropellado (dicen que se suicidó por una chica). Leyendo lo que dicen ahora de que el 60% serán delincuentes me da un poco de risa, de verdad. En este caso fue el 0%.
Luego llegó el instituto y continuó la historia. Los “abusones” eran otros porque los de la escuela sobra decir que no llegaron al instituto (con 16 años y habiendo repetido todo lo que podían se fueron del colegio). Cuando vives en un pueblo, es lo que pasa, si eres empollona y cuatro ojos, tu fama te precede y aunque no te conozcan da igual.
Por suerte duró poco ya que como tampoco eran buenos estudiantes, el segundo año ya no fui más a clase con ellos y al poco tiempo dejaron el instituto.
Durante todo ese tiempo, no diré que lo pasara bien, pero tenía mis amigas (que eran pocas pero buenas) salía por ahí y fuera del entorno escolar lo pasaba bien. No creo que tenga ningún trauma por eso.
Qué deciros de mi vida después, me eché novio, salí fuera a estudiar, saqué mi carrera, tengo un@s amig@s estupend@s, me fui a trabajar a otra ciudad, me casé... totalmente normal.

*Una canción que refleja situaciones de este tipo es la titulada "El espejo", del cantante Sergio Contreras.


*Esta historia es contada por una persona anónima: 
  Todo comenzó cuando termine 8vo grado, mi padre enfermo y las cosas en casa se complicaron, adunado a eso mis padres me cambiaron de colegio y allí fue cuando viví la experiencia más desagradable de mi vida. 

Cuando comencé clases en el colegio nuevo tenia 13 años, yo era una de las menores de la clase, estudiaba con jóvenes que me llevaban 5 y hasta 6 años, el colegio era bastante malo, los profesores eran un poco mediocres y los estudiantes ni se diga; mi salón estaba lleno de repitientes (no tengo nada contra los repitientes) los únicos que cursábamos el año por primera vez, éramos Andrés, Conchita, Rebeca, Jazmín, Samuel Y Yo, el ambiente era hostil los repitientes nos trataban muy mal, sus bromas eran absurdas y en algunos casos enfermizas, no podían pasar ni un solo día sin hacer bromas pesadas.
Un día se incorporo un alumno nuevo (otro repitiente) que era muy amigo de dos vecinos míos que cursaban clases en el mismo salón que yo, allí comenzó la peor etapa de mi adolescencia, entre él repitiente nuevo que para este caso llamare G y mis vecinos a los que les daré los nombres de V y D , se encargaron de hacerme la vida imposible; G me dio el sobrenombre de Corky y eso hizo que por un año mis compañeros dejaran a un lado mi nombre de pila para usar el que G me había otorgado, pase un año recibiendo humillaciones por parte de todos los malditos de ese salón, los profesores no hacían nada la directiva del colegio ignoraba mi sufrimiento y la psicóloga pensaba que mi repudio al colegio era por pura rebeldía.
En casa nadie me tomaba en cuenta mi madre no se cansaba de repetirme que yo no me iba a casar con el colegio, que era algo temporal y que debía dejar de ser tan malcriada, ante la reacción de mi madre decidí guardarme lo del sobrenombre para mi sola.
Ese año paso con lentitud, comencé a fumar, mi vida era bastante triste y mi mente (como la de cualquier adolescente) se creía lo que esos desalmados le repetian a diario, comencé a escaparme del colegio y a beber a escondidas de mis padres, aun recuerdo que todos los jueves me escapaba con los amigos de mi colegio anterior , recuerdo que hacia hasta lo imposible por permanecer lejos del colegio.
Al año siguiente volví al mismo colegio y el primer día de clases jure que si me volvían a decir así los iba a matar a todos, de hecho llegue a contactar a un joven que conseguía armas de la policía pero gracias a Dios no tuve que comprar el arma, ese año mi salón se lleno con nuevos estudiantes, jóvenes que realmente querían estudiar y que no se humillaban entre si , ese año mis deseos de asesinar a los que me habían humillado el año anterior se esfumo pero me quedo el trauma, trauma que pensé que podría superar, pero no fue así y un año mas tarde a solo meses de terminar el colegio con otra situación bastante fuerte encima, un día en el que mis compañeros volvieron a humillarme con mi antiguo sobrenombre fue cuando decidí abandonar el colegio y dejarlo todo atrás.
Hoy en día tengo 23 años, se que no tengo retraso mental, y que no soy ni remotamente parecida a Corky mi vida es un poco diferente a lo que desde niña había planeado, gracias, a la ardua tarea de mis compañeros e recibido tratamientos para la depresión, no e logrado recuperar mi confianza y aun me dan crisis de ansiedad, me e vuelto una persona muy seria que le pone mala cara a los abusadores é intenta ayudar a quienes se lo permiten, a pesar de mis problemas de inseguridad y de todo lo demás e logrado salir adelante y hoy estoy aquí porque quiero dejar bien claro a quienes son victimas del acoso escolar que no importa la situación ó el sobrenombre deben de informarle a sus padres o representante legal , deben informarlo en el colegio y no tienen que parar hasta que quienes los acosan dejen de hacerlo, Mi gran error fue no hablar y miren lo que me paso.
*El bullying me hizo suspender 2 de la Eso (anónimo) :
En segundo de la ESO nos cambiaron de instituto a otro con más niños de otros pueblos. Estábamos en el salón de actos cuando sin ningún sentido los niños que se encontraban a mi espalda empezaron a tocarme el pelo, la espalda… Yo sabía que eso sería uno de varios abusos y tonterías que empezarían contra mí. Y así fue, siempre que me encontraban me molestaban y me dejaban atemorizado.
No llegaban nunca a pegarme, ni siquiera me hicieron daño, nunca. Pero todo lo que hacían, por poco que fuese hacía que tuviera un terror psicológico que me hizo estar deprimido durante meses. Me sentía triste y abandonado, solo tenía ganas de llegar a casa y encerrarme en mi habitación. Muchas noches lloraba y si intentaba coger un libro para estudiar era completamente incapaz, no podía.
Y no solo fueron esos niños, alguna otra gentuza me molestaba y hacía que para mí las clases fueran un infierno. No me pegaban, pero solo hacía falta que me amenazaran sin ningún sentido para que empezara el terror psicológico, me saltaba algunas veces un cuarto de hora de clase porque solo entrar venía el típico macarra, me arrinconaba contra la pared y me molestaba y me humillaba. Yo me iba al baño y lloraba hasta que se me pasaba y volvía a clase.
Mis padres me veían triste y lo vieron muy claro cuando en una boda, estaba con mis primos y por un momento, desde hacía dos meses estaba contento y jugando con mis primos, al poco me alejé, me senté en una sala dónde no había nadie, era la sala de un restaurante pero vacía y una decoración increíblemente bonita.
Me quedé sentado en una silla, triste, de vez en cuando lloraba y así estuve algo más de 2 horas. Cuando mi madre me encontró se preocupo y fue a hablar con los profesores. Pese a que siguieron vigilándome recuerdo como algún que otro profesor seguía tratándome mal o no le prestaban toda la atención que merecía ese caso.
Y así fue cómo aprobé segundo de la ESO, pero mi tutor recomendó a mi madre que repitiera para ir mejor. La decisión más absurda que había tomado alguien pero la acepté para ver si cambiando de compañeros dejaba de sufrir bullying.
Cuan equivocado estaba… Al año siguiente llegué a tener tanto pánico que cuando veía Malcon por la tele y los niños de mi clase imitaban un juego que si mirabas te pegaban, llegué a odiar a muerte esa serie. Odiaba los lunes y lloraba por no ir al instituto.
Cuando llegábamos a clase hacían un pasillo y a veces te tiraban en medio y todo el mundo empezaba a empujarte, darte patadas… Rezaba cada día para que no me tiraran a mí en medio. Empecé a desarrollar estrategias contra el bullying y pese a mi gran timidez fui consiguiéndolo. Imitaba a niños que cuando les molestaban reaccionaban de un modo que hacían que nadie más les molestara… Y después de una larga lucha de más de 1 año y medio conseguí que me dejaran en paz.
Cuando llegué a primero de bachillerato era alguien muy respetado y con el que nadie se metía. Incluso uno de los niños que a veces me había pegado en 2 de la ESO era mi mejor amigo en aquél entonces, y me respetaba cómo el que más.
Será porque me hice respetar o porque los niños crecieron. La verdad es qué no lo sé.

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